Maestra Maria Esther

Hoy se cumplen 44 años de la partida de esta vida terrena, de una de las maestras más destacadas que tuvo el pueblo, María Esther Brizuela de Bazán (Falleció el 6/11/1967).
Por tal motivo publicamos una nota aparecida en el Diario “El Independiente” de la ciudad de La Rioja el 12 de Noviembre de 1967, en la cual hacen una síntesis de su labor docente y cultural.



La Muerte de Una Maestra
Maria Ester Brizuela de Bazán: Una vida dedicada a la cultura

La muerte de una maestra casi nunca es noticia. Quizás ello se deba a la mezquina peculiaridad de un siglo que nutre su curiosidad de los hechos escandalosos, los grandes casos policiales o las publicitadas riñas políticas. Por esa razón el fallecimiento de doña Maria Ester Brizuela de Bazán, directora de la escuela de Anjullón, pasó casi desapercibido por la provincia, sin saber que con su muerte la cultura perdía uno de sus soldados más eficientes.
La congoja de todo el departamento Castro Barros, que sintió hondamente la desaparición de su maestra –cuyos ecos llegaron hasta nuestra redacción– hizo posible que esta omisión pudiera ser corregida. Conversando con quienes la conocieron, pudimos rescatar los perfiles más netos de su personalidad para proyectarlos ahora como vívido ejemplo de una conducta y una pasión.
Supimos, por ejemplo, que su fibra luchadora reposaba en el fondo de su carácter dulce, profundamente riojano. Conocimos los detalles de sus formidables batallas contra la burocracia y la indiferencia oficiales y pudimos reunir los retazos de su incansable labor organizadora. La creación del centro de ex alumnos de la escuela, del club de Madres, de la Cruz Roja, del club de Niños Jardineros, del club deportivo “Once Corazones”, de la revista “Pinceladas Serranas”, del club de correspondencia interescolar “Ampelio Liberali”, fueron sólo algunos de sus logros más brillantes. Fue la propulsora del movimiento organizado para dotar de un nuevo edificio escolar a Anjullón, tras el derrumbe del techo del antiguo, consiguiendo tras arduas gestiones, el apoyo de la secretaría de Asistencia y Promoción de la Comunidad de la Nación, para la concreción de ese objetivo. Pero eso era el futuro, y doña Maria Ester gustaba ocuparse sobre todo del presente. Evitó que los alumnos de la escuela perdieran los cursos lectivos consiguiendo la habilitación de la casa parroquial para el dictado provisorio de las clases.
Antes de todo esto, una vida ejemplar apuntalaba sus dotes morales, su amor al prójimo y a la niñez. Egresada en 1940 de la Escuela Normal Mixta “Dr. Pedro I. de Castro Barros”, poco después se gradúa de profesora de piano; algunas suplencias en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, y posteriormente, en 1942, comienza como profesora de música de la escuela Bernardino Rivadavia de su pueblo natal, hasta 1946, año en que ingresa en el mismo establecimiento, como maestra de grado. Comienza entonces una larga etapa de humilde superación, de fe y amor a su profesión, de darse por entero a la educación popular. En 1963, luego de un interinato de un año como directora; obtiene por concurso la dirección de la Escuela Belindo De la Fuente, en Anjullón, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Poco antes de su muerte, doña Maria Ester reunió en Anjullón a 57 docentes jubilados de todo el departamento que tuvieron así la oportunidad de gozar de una jornada de camaradería. Quizás sin saberlo, doña Maria Ester cerraba así un ciclo de esforzada labor a favor de la comunidad.
Como buen soldado de la cultura, doña Maria Ester murió en el cumplimiento de su deber, mientras recibía exámenes en la escuela Telechea, de nuestra ciudad. Sus restos reposan ya en Anjullón, donde naciera el 7 de agosto de 1920, y allí descansarán para siempre a la sombra del recuerdo imperecedero de quienes gozan de los beneficios de su labor infatigable y veneran su nombre. Un nombre que quizás muy pronto adorne el frente de la nueva escuela que, como último acto de fe y esperanza en la cultura popular, brindó al pueblo al que ofrendó su vida.



Agradecemos la información a Amalia Vera y Anita Delgado