Anjullón OnLine

Este Blog esta creado con la intención de hacer conocer más a mi querido pueblo de Anjullón, rescatar su historia y su cultura e informar los hechos más destacados del pueblo y/o protagonizados por sus hijos.
La foto de la portada es "la Iglesía de Anjullón".
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jueves, 17 de septiembre de 2009

Julián Cáceres Freyre en Anjullón

(Imagen: Portada del pequeño libro)

El libro “Conversando con Julián Cáceres Freyre” de María Rosa Jurado y Daniel Eduardo Silva, relata una entrevista realizada al famoso historiador, arqueólogo y antropólogo.
Ante la pregunta ¿Cómo nace su vocación hacia el estudio de la historia y la antropología? Cáceres Freyre responde:

En el año 1930 fuimos a veranear al pueblo de Anjullón, en La Rioja, en el Departamento de Castro Barros, que nosotros los de La Rioja le decimos "la costa". Fuimos a veranear a ese pueblo con una familia amiga de mi padre, la del Ing. Carlos Vallejo. Un íntimo amigo de mi padre, el Ing. Carlos Vallejo, que en ese momento era senador nacional. El fue con su señora y con sus dos hijos; papá con mamá y con los tres hijos. Alquilamos la misma casa. Un casa antigua muy bonita.
Anjullón ha tenido casas muy lindas, de las que ahora quedan solo los restos. Eramos niños, yo tenía 13 años. A eso de las 8 o 9 de la mañana tomábamos el desayudo todos juntos. [Cuando] llegaba el Ing. Carlos Vallejo, y empezaba a sacar de los bolsillotes grandes del saco que traía, muchos pedacitos de tejas. [Tejas] le dicen en La Rioja [a los] tiestos de cerámica, fragmentos de cerámica de los indios, algunos pintados, puntitas de flechas, a veces alguna pieza con forma, algún muñequito, cabezas de muñequitos y eso me interesó mucho. Claro, Don Carlos Vallejo se había recibido en los Estados Unidos y allá se había aficionado a la arqueología. Tenía una colección importante en La Rioja, que después, por suerte, a su muerte la dejó toda al museo Inca Huasi del padre Gómez, de los padres franciscanos de La Rioja. Es un museo muy importante.
Esto me entusiasmó y le dije: "Don Carlos, ¿dónde encuentra estas cosas, a mi me gustaría ir con usted?" Entonces él me dijo: "bueno, si te levantas muy temprano, al alba, porque yo salgo al alba, antes de que salga el sol, podrás venir conmigo. Salgo a caminar muy temprano porque tengo que llegar hasta el cerro". El cerro estaría como [a] cuarenta minutos caminando, no era muy lejos. Entonces, me hice despertar con la muchacha, bien temprano, y salimos con Don Carlos caminando hasta el cerro. Ahí hay lomadas. El agua viene ahora por el canal, desde las vertientes, pero antiguamente, hace mil años, posiblemente los indios la derivaban por otro lado. Ahí aprendí bien donde eran los paraderos de los indios, el resto de las casas... y lo acompañé varios días, varias veces. Y después, resolví, decirle que me disculpara, que era muy temprano para levantarme.
Lo que pasaba era que yo ya conocía, entonces yo ya quería juntar para mí, porque todo lo que encontraba se lo tenía que dar a Don Carlos. Era lógico. Entonces, hice como todos los dependientes, después de que aprenden, se independizan y ponen su boliche propio. Con mis hermanos, que eran menores que yo, nos íbamos por las tardes, por ahí y juntábamos cosas. Ahí fue donde mi aficioné, en Anjullón en el año 1930.

Notas
  • Algo similar ya había relatado en “Una vacación inolvidable en Anjullón - 1930”, publicado por el Diario La Prensa de Bs. As., el 6 de abril de 1969.
  • Hoy el Museo de la Casa de Cultura de Anjullón lleva el nombre de Julián Cáceres Freyre en su homenaje.

1 comentario:

  1. Me interesó sobremanera la historia y me quedo a la espera de más

    Daniel de Bernal, Bs. As.

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