Doña María Elena de la Vega Brizuela (Chicha), nos contó anécdotas importantes del quehacer en la Iglesia de Anjullón.La visitamos porque sabíamos que de su conversación obtendríamos datos y anécdotas referidas a la época en que estaba como Párroco el Padre Virgilio Ferreira (recuerden que publicamos una nota con su gran tarea apostólica durante casi medio siglo en la Costa).
Doña Chicha es hija de don Marciano de la Vega (de los Molinos) y de doña María Brizuela (de Anjullón). Nació en 1932 y ese mismo año fue bautizada, siendo su padrino el mismo Padre Virgilio.
La familia vivió siempre en Anjullón dedicándose todos a las tareas propias de fincas y de la cría de ganado, especialmente ovino. En esta actividad se destacó su hermano Teófilo (Chacho); que en mis recuerdos conservo la imagen del verdadero "pastor", siempre llevando un gran rebaño de ovejas acompañado de sus perros.
Hay un dato digno de ser destacado: esta familia estuvo siempre dedicada a colaborar trabajando en todas las actividades de la Iglesia. Tal es así que don José Marciano, su padre, fue mayordomo desde que se retiró don Policarpo de la Fuente (no recuerda el año), hasta 1946 que asumió la mayordomia su hija Dionisia Rosario de la Vega (Ñata) que por espacio de 30 años trabajó en el cuidado y mantenimiento de la Iglesia. Mujer fuerte, con carácter de mando, muy personal en su accionar y muy trabajadora. También en mis recuerdos la encuentro arreglando la Iglesia, o con una pala al hombro haciendo los "atajos" del agua para el riego o con el hacha juntando la leña para el uso cotidiano.
Del Padre Virgilio nos cuenta que era incansable, emprendedor, responsable y con mucho ingenio para plasmar sus ideas, que las presentaba y todos le obedecían trabajando.
Una de esas ideas era que para el 2 de noviembre, Día de los Fieles Difuntos, para la Misa de Función, el Padre hacía preparar la iglesia colocando, delante del altar, una mesa (juro que la vi, me dijo: esta era la mesa) donde colocaban un féretro chico (vacío) que lo sabían tener guardado en la casa parroquial. Lo adornaban con ligustros y a los pies de esa mesa se colocaba una manta donde los fieles colocaban la limosna.
También nos enteramos que el Padre Virgilio vivía en Anjullón con su hermana Rosita, en la casa del Doctor Vera y que era primo del primer Obispo de La Rioja, Monseñor Froilán Ferreira Reinafé y que cuando falleció, un colectivo lleno de personas parte de la costa para darle el último adiós.
GRACIAS A DOÑA CHICHA POR SU APORTE.
Nota: La entrevista fue realizada durante la semana de mayo, a los pocos días nos sorprende el fallecimiento de Teófilo (Chacho). Que tenga su merecido descanso en la Luz y en la Paz.
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