(Foto: Doña Elisita Valdomera de Carrizo - 98 años)
Este trabajo hubiera sido imposible de realizar sin la generosa colaboración de infinidad de personas.
Y en primer lugar, de mis padres, cuyo amor por Anjullón fue decisivo en la elección del tema. Su asesoramiento fue constante en la búsqueda de información, en la selección de temas, en la redacción. La tortura de la ortografía fue superada gracias a ellos. El costo de los viajes, de la documentación fotográfica, de la composición final del trabajo fue asumido con piadosa resignación.
Otra víctima de mi inconsciencia fueron los informantes que soportaron estoicamente la impertinencia de un grabador. Porque qué otra cosa sino impertinencia puede ser por parte de mis 14 años someter a interrogatorio a venerables ancianos. Oh estos ancianos como Doña Amalia Torres, de 92 años, tan estupendamente lúcida, que desde la cama y por más de una hora me brindó sus mejores recuerdos!
Vaya un emocionado GRACIAS a todos ellos, que hasta se sintieron felices de prolongar vivencias de su Anjullón de cuanta.
Otros, como la Señora Blanca de Brizuela, el señor Raúl Acosta, "Milo" Peralta -cuantos más!-, no dudaron un instante en facilitar el material recopilado de que disponían - todo!, y tan valioso!, y tan desinteresados!.
Gracias también a los que quedaron con las ganas de obsequiar su aporte. Pero no hubo tiempo, porque cada relato abría el horizonte a nuevos y más amplios descubrimientos. Siempre más. Mi aporte quiere ser una puerta abierta para que otros se asomen y recojan la riqueza de nuestro patrimonio cultural.
Artìculo publicado en 1998 en el trabajo "ANJULLÓN, Recuerdos de Cuanta" de RAMIRO EMMANUEL RIEDEL
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