(Foto: Valentín Peralta trabajando en su oficio)
Quizás fue la necesidad la que hizo los artesanos, más que un "hobby". Si Don Saturnino Vega hacia los ataúdes, era porque no había donde comprarlos, y si los hacía a mano era porque no había máquinas.
Los cestos de poleo respondían a necesidades de la vida cotidiana, y se hacían con materia prima de la zona. Cabe destacar la transmisión familiar del "arte", en que el abuelo transmite al padre y el padre al hijo esta ciencia, como el caso de la familia de Don Valentín Peralta, con la cestería.
Y así a cada necesidad respondía un oficio, representado por uno o varios artesanos. Artesanos de la piedra fueron entre otros Don Rosario Peralta, padre de Higinio Peralta, quizá el único que actualmente continúa esta tradición y que para La Rioja trabajó la piedra que reviste el Tajamar. Don Saturnino Nieto, Don Francisco Mercado, Don Gregorio Bulacio, Miguel Ángel Nieto... Amansadores, como Don Froilan Nieto. Forjadores de hierro: Mauricio Brizuela. Trenzadores, como Don Ramón N. Avila. Alambradores, rastreadores, toneleros. Y los dulces, y el vino patero.
Una mención para los alfajores típicos de la zona. De Doña Elba Moreno hemos recogido que "vienen de su bisabuela, que la enseñó a su abuela. Lo aprendieron en Salta, o más bien en Jujuy, de un español de apellido Turró -de ahí el nombre de turrón?- Mi bisabuela se llamaba Purificación Romero, enseñó a su hija, a las viejas todas".
Doña Elba piensa que lo que empezó con su familia también termina con ella. Es la última representante. "Aquí termina. Yo sé que no los van a hacer". Y da, detalle por detalle, la receta del alfajor, cómo lo recibió por tradición, que se hace casi en la intimidad, para que una mirada demasiada fuerte, o un comedido impaciente "no corte" el turrón. Para evitar esa "ojeadura" se hacía a escondidas.
"Yo no sabía creer eso, pero es nomás. Una parienta cortaba todo: la mayonesa, la sopa, todo."
El alfajor se hacía para regalar, para las fiestas, para los parientes. "No sé que mi abuela haya vendido alguna vez".
De Ramiro Riedel, en "Anjullón, recuerdos de cuanta"
Nota 1: En este artículo el autor se preguntaba si realmente el nombre de turrón derivaría del apellido del español que enseñó a la bisabuela de Doña Elva Moreno el proceso, lo cual infiero que no es así debido a que si buscamos dicho término en el diccionario de la Real Academia Española (o en su página www.rae.es), encontramos la siguiente definición:
"Turrón: Dulce, por lo general en forma de tableta, hecho de almendras, piñones, avellanas o nueces, tostado todo y mezclado con miel y azúcar."
Por lo tanto podemos ver que “turrón” es un término usado en todo el mundo de habla hispana en repostería.
Nota 2: Pasaron ya once años de la presentación de este trabajo. Lamentablemente ya varias de las personas que estaban en ese momento ahora ya no estan... entre ellos Higinio Peralta, el último picapedrero de nuestro pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario