SAN VICENTE FERRER nació en Valencia (España), el 23 de enero de 1350. Sus padres, de acomodada situación económica, le inculcaron desde niño una gran devoción a Jesucristo, a la Virgen María y un gran amor a los pobres. A él le encargaban repartir las cuantiosas limosnas que acostumbraban dar.Ingresó en la Orden de los Predicadores Dominicos en 1367. En 1412 representó al reino de Valencia, teniendo una importante participación, en el Compromiso de Caspe realizado para lograr la unión de la iglesia.
Podemos afirmar que en la fecunda vida de San Vicente Ferrer hay un claro exponente de la
Presencia Divina. Esta extraordinaria influencia se manifestó siempre en su obra espiritual y social.
De gran inteligencia, a los 14 años ya había concluido los estudios filosóficos. A los 21 años, siendo ya religioso en la Comunidad de los Padres Dominicos, alternaba la cátedra y el púlpito y frecuentaba las Universidades más famosas de Europa.
El Señor le tenía una misión: "remover, con la palabra y la vida evangélica, el mundo que le tocó vivir". San Vicente se encontró con una sociedad en la cual la predicación sagrada había caído en descenso. Desde el primer momento se subía al púlpito con la intención de combatir el vicio y la ignorancia religiosa. Se decía: " Su palabra es como látigo de fuego que abraza e ilumina".
Un ataque de fiebre pone en peligro su vida, pero al tercer día le parece escuchar la voz de Jesucristo que le dice: " Levántate y ve a predicar; lucha contra el pecado, convierte a los pecadores y anuncia el día del juicio". Es entonces cuando Vicente Ferrer comienza a desplegar su gran obra misional.
Durante 20 años recorre las naciones del viejo occidente predicando una auténtica renovación de la vida cristiana. Sus prédicas eran en campos abiertos y en las plazas públicas debido a la gran cantidad de personas que acuden a escucharlo. PREDICA SIEMPRE Y EN TODAS PARTES; CON LA GRACIA DEL CIELO, CON SU VOZ SONORA Y PODEROSA, CON EL MAGNETISMO DE SU MIRADA Y CON LA GRACIA DE SUS ADEMANES. Esto hacía que su elocuencia haya sido una de las más poderosas. Sus sermones duraban, casi siempre, dos horas pero no aburrían. Antes de predicar rezaba varias horas pidiendo a Dios la eficacia de su palabra.
Dormía en el suelo y ayudaba frecuentemente. Se trasladaba caminando de un lugar a otro y cuando se enfermó de una pierna, lo hizo en burro.
La gente se quedaba admirada al ver que después de sus prédicas disminuían las borracheras, las malas lenguas y los escándalos.
Fustigaba las malas costumbres, invitaba a recibir los Sacramentos de la Confesión y de la Comunión, hablaba del valor de la Santa Misa, de la gravedad del pecado, de la severidad del juicio de Dios y del cielo y el infierno que nos esperan.
Los milagros lo acompañaron en toda su predicación; uno de ellos era el de hacerse entender en otros idiomas siendo que él solamente hablaba su lengua materna y el latín. Otro milagro destacable fue el de la gran conversión.
Se cuenta que regalaba, a las señoras que discutían mucho con sus maridos, un frasquito con agua bendita y les recomendaba: "cuando su esposo empiece a insultarle, echese un poco de esta agua en la boca y no la trague hasta que no deje de ofenderla". Esta famosa "agua de San Vicente" era muy poderosa pues al no poder contestar, no había peleas.
Para pensarlo, no? (Habrá que juntar frasquitos con agua bendita para echarse en la boca, porque dicen que, más ofensiva que la palabra que se oye, es la palabra que se responde).
San Vicente se mantuvo humilde a pesar de la enorme fama y de la gran popularidad que le acompañaban.
Los últimos años, ya muy enfermo, lo tenían que ayudar a subir al lugar donde tenía que predicar, pero apenas empezaba se transformaba; era como un milagro, no parecía viejo ni enfermo, sino lleno de juventud y entusiasmo.
Murió en plena actividad misionera, un Miércoles de Ceniza del 5 de abril de 1419. Los últimos meses de su vida se encontraba en la Bretaña Francesa y ya gravemente enfermo decidió partir hacia Valencia pero una gran tempestad impidió salir del puerto de Vannes donde murió.
Antes de morir escribió el siguiente mensaje:
"¡Pobre Patria Mía!. No puedo tener el placer de que mis huesos descansen en su regazo,
pero decid a aquellos ciudadanos que muero dedicándoles mis recuerdos, prometiéndoles una constante asistencia y que mis continuas oraciones, allí en el cielo, serán para ellos, a los que nunca olvidaré. En todas sus tribulaciones, en todas sus desgracias, en todos sus pesares, yo los consolaré, yo intercederé por ellos. Que conserven y practiquen las enseñanzas que les dí, que guarden siempre incólume la Fe que les prediqué y que no desmientan nunca la religiosidad de que siempre han dado pruebas. Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro".
¡Que hermoso testimonio de amor para la vida de los valencianos!.
En 1455, a los 36 años de fallecido, fue declarado Santo.
Es el patrón principal de la comunidad valenciana, en su conmemoración se levantan, en las calles de Valencia, escenarios llamados "altares" donde son representadas, por niños, escenas de su vida y milagros.
Es representado alzando su dedo índice pues de esa forma logró varios milagros mientras predicaba; también es representado con "alas" porque está considerado como "el Angel del Apocalipsis", ya que anunciaba en sus sermones el fin del mundo.
Pidamos a nuestro Santo Patrono, el SACRO APOSTOL VALENCIANO, que nos ayude a fortificar nuestra Fe y a perseverar en el bien para colaborar día a dia con el bienestar de nuestro pueblo.
SAN VICENTE FERRER, INTERCEDE POR NOSOTROS
Datos extraídos de la enciclopedia Libre Universal Wikipedia
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