Anjullón OnLine

Este Blog esta creado con la intención de hacer conocer más a mi querido pueblo de Anjullón, rescatar su historia y su cultura e informar los hechos más destacados del pueblo y/o protagonizados por sus hijos.
La foto de la portada es "la Iglesía de Anjullón".
Se aceptan colaboraciones con material sobre el pueblo (y la costa toda) a Lrquintero@gmail.com

jueves, 20 de mayo de 2010

Pinceladas de Antaño - "La Cal y la Sal"

(Foto: Iglesia de Machigasta)




Foto: Torre de la Iglesia
de Santa Cruz, realizada con
piedras de la zona



En esta oportunidad nos referiremos al quehacer "de cuanta", en lo que se refiere a los trabajos realizados en "las canteras de cal" y en "la purificación y venta de sal"; trabajos del quehacer artesanal de gente laboriosa de antaño.
La cal era, y sigue siendo, uno de los productos mas requeridos en los trabajos de albañilería en los pueblos de la Costa. Las canteras de cal se encontraban en el pueblo vecino de Santa Cruz. Algunos nombres de los mineros "extractores de cal" eran: Portán Núñez, Eloy Oviedo, Solano Brizuela, Cireneo y Ramón Quinteros y Gabino Peralta.
Sus duras faenas consistían en la extracción del producto de las "canteras o caleras", el quemado de la cal y luego el embolsado en bolsas de arpillera, cargándolas a lomo de mula para trasladarlas luego a los mercados de consumo, que eran los Departamentos de Arauco, Castro Barros y Sanagasta.
En lo que se refiere al trabajo con la sal, don Serafin cuenta que el lugar de los salitrales era Machigasta y la persona que realizaba la extracción del producto era un criollo curtido por los soles, vientos y lluvias: don Pedro Heredia.
Don Heredia montaba en mula y conducía "dos yuntas de mulas cargadas con sacos de cuero que contenían la sal en terrones" y que , dos veces al año, llevaba a vender a los pueblos de la Costa.
Para el consumo familiar había que "purificarla", proceso que consistía en poner los terrones en "pailas" y hervirlas por dos horas; luego se la extendía en mesas, sobre manteles blancos para secarla al sol. una vez que la sal "quedaba en polvo", era envasada en frascos.
Como no se disponía de iluminación, las tareas tenían que ser realizadas con apremio para ganarle a la noche. Por eso, la ebullición de la sal "en bruto" debía hacerse con bastante fuego a tal punto que los "terrones galopaban" en las pailas (expresión primitiva y lugareña).
Esto indicaba el final de la tarea.

¿Que hacía después la familia?. Impedida de seguir las tareas por la oscuridad nocturna?; iban a los dormitorios para rezar el Santo Rosario en voz tan alta, que era escuchado y respondido por los habitantes de las casas vecinas. Terminaban el rezo cantando el tradicional "Cántico del Perdón".

PERDÓN, OH DIOS MIO;
PERDÓN E INDULGENCIA;
PERDÓN Y CLEMENCIA;
PERDÓN Y PIEDAD!

Sin duda alguna que la enraizada catolicidad cristiana les permitió soportar las duras faenas, pensando en un futuro mejor.

Que Dios haya premiado sus esfuerzos con los que colaboraron con el engrandecimiento de nuestros pueblos, teniéndolos en el lugar de la Luz y de la Paz.

Datos extraídos de la obra: "Anjullón...Eden Riojano" de Don Serafín de la Vega

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